miércoles, 5 de agosto de 2015

Saber cuando decir NO



¿Cuántas veces has aceptado un trabajo tan solo para evitar que tu cliente no se sienta rechazado? Si no sabes decir ‘NO’, es muy probable que se empiezen a acumular los pedidos y te atrases. Esto, sin mencionar la poca motivacion que existe al trabajar forzado. Para poder ofrecer un mejor servicio es indispensable que el diseñador tenga la valentia de decir NO cuando las situacion desde un inicio se ve desfaborable a fracasar entregando un trabajo mediocre por querer abarcar demasiado. Gracias a FreelanceSwitch ya tenemos unas cuantas salidas que nos sacaran de ese apuro y al mismo tiempo nos permitiran conservar la buena relacion con el cliente.

1. Intentar decir “sí” primero.

Esto puede sonar contraproducente, pero creo que es una especie de judo mental. Dices “sí” al encargo (asumiendo que quieras hacerlo, pero no tengas tiempo para ello en ese momento) y luego haces una de estas dos cosas: 1) dices “Claro, pero estoy hasta arriba de trabajo ahora mismo. ¿Podrías volver a consultarme dentro de un mes?” o 2) dices “Claro, ¿pero podría hacer a, b y c primero, para que podamos analizar si esto va a funcionar antes de empezar?” En ambos casos, estás consiguiendo evadir el trabajo sin llegar a deshacerte por completo del cliente. Creo que solo deberías utilizar esta estrategia si estás verdaderamente interesado en hacer el trabajo, pero no lo puedes hacer en un determinado momento. Esta estrategia te libra momentáneamente del trabajo sin necesidad de decir “no”.

2. Conoce tus compromisos. 

Para saber cuando decir no, necesitas saber que hay en tu agenda. Deberías tener una lista de tus proyectos y encargos constantemente actualizada, así como una lista de acciones, confeccionada no a partir de proyectos, sino de acciones puntuales a completar en el espacio de tiempo de una semana. Una vez tengas la lista con todos tus compromisos, puedes decidir si el encargo se ajusta a tu agenda o si tiene la prioridad suficiente como para reemplazar a otro compromiso. Ten siempre presente la agenda y añade solo lo esencial.

3. Valora tu tiempo.

Una razón por la que mucha gente no puede decir no (quizás de manera inconsciente) es que sienten que su tiempo no es tan valioso como el de cualquier otra persona. Por ejemplo, si alguien te pide que hagas algo que fácilmente podría hacer él mismo y aceptas, estás diciendo, de hecho, que su tiempo es más valioso que el tuyo. Si no, ¿por qué ibas a hacerlo cuando podría hacerlo él? Aprende a valorar tu tiempo, del cual tienes una cantidad limitada y seguramente es tu recurso más valioso, y aprende a mostrar a los demás que lo valoras rechazando encargos para los que eres prescindible.

4. Aplaza.

Similiar a la número 1, esta estrategia no requiere que tomes ninguna decisión, ni que digas sí o no, sino que pidas al cliente que te consulte más tarde. Por ejemplo, podrías decir “Mi agenda está completa. ¿Podría consultarme dentro de dos semanas?” Si es un buen cliente, añadirá en su calendario un recordatorio para consultarte en dos semanas. Si no, seguramente se olvidará de ello. A veces, si aplazas más de dos veces seguidas un trabajo, el cliente acabará por rendirse. No es bueno aplazar demasiadas veces un mismo encargo, ya que crea una mala imagen de ti. Después de dos aplazamientos deberías dar una respuesta definitiva al cliente.

5. Sé amable, pero firme. 

El error que mucha gente comete es ser demasiado amable y débil. Un “no” proveniente de este tipo de personas, aunque posible, haría parecer que la persona en cuestión duda. Si respondes así, una persona de carácter fuerte seguirá presionándote con el encargo hasta que aceptes, ya que piensa que existe una posibilidad de que cambies de opinión. Si dices “no”, debes dejar claro que no vas a cambiar de opinión sin necesidad de ser descortés. Con un “No, no puedo ahora mismo” basta.

6. Adelántate. 

Si piensas que es posible que recibas un encargo, es más fácil comunicar al cliente que estás ocupado antes de que te haga el encargo. Si vas a encontrarte con alguien puedes decir algo como “Antes de empezar, le comunico que mi agenda está completa hasta el mes que viene, por lo que no aceptaré nuevos encargos antes de 30 días.” Esta justificación prevendrá al cliente de realizar un encargo y le impedirá culparte por rechazarlo.

7. “Me encantaría, pero…

” Similar a la estrategia 1, esta estrategia transmite el mensaje de que el proyecto en cuestión es un gran proyecto para ti, pero no puedes aceptarlo debido a tu agenda o a otros compromisos. Si el proyecto parece interesante, yo diría algo como “El proyecto parece estupendo, y me encantaría formar parte de él.” Si es posible, también sugiero ofrecer al cliente otras personas o ideas con las que poder trabajar. Algunos clientes aprecian realmente este tipo de rechazo por la ayuda que en cierto modo reciben.

8. Nunca te disculpes.

De nuevo, tienes que respetar tu tiempo. Si te disculpas, estás transmitiendo el mensaje de que estás haciendo algo mal rechazando el encargo y de que, de alguna manera, no tienes el derecho de decir “no”. Disculparse es muy tentador, lo sé. Con frecuencia decimos cosas como “Lo siento, pero…” o “Me encantaría, lo siento” solo porque nos sentimos incómodos respondiendo con un no. Pero de nuevo, estás transmitiendo el mensaje equivocado. Consulta la estrategia 5 para un enfoque más aproximado.